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Las GBA que nunca aparecieron

Corría el 2004, el amanecer de la Nintendo DS estaba muy próximo, pero Nintendo seguía dando fuerte con su última portàtil de nombre legendario: la Game Boy Advance.

La consola con el paso de los años experimentó, como ya era normal en aquella época, la revisión de su hardware y de ahí nacieron la GBA SP y la Micro (dos obras maestras de la ingeniería videojueguil) pero también comenzó la carrera por las ediciones especiales y cada cierto tiempo recibíamos un nueva estética de las mismas. Concretamente en la SP.

Posteriormente Psp arrasó en este sentido, puesto que en variedad cromática y ediciones exclusivas nadie le pudo hacer frente, hablando siempre del terreno portátil, no os distraigáis.

Pero llegó el estreno del genuíno Zelda para esa consola, el 'Minish Cap' fue la ostia en todos los sentidos imaginables, y junto a él un tesoro escondido dentro de su edición especial. Si bien esta SP que acompañaba el pack del MC ya era una joya por si misma, no era un verdadero tesoro, pero sí que lo eran las 6 consolas portátiles de 24 quilates que prometía Nintendo.

En alguno de dichos combos se escondían un pequeño tíquet dorado resplandeciente (muy a lo Charlie y la Fábrica de chocolate) que le otorgaba a su dichoso descubridor el premio de una de estas consolas chapadas en oro puro.


Microsoft hizo años después algo parecido con su Xbox 360, aunque de forma más competitiva online y en la región de España. Aquellos que consiguiesen alzarse vencedores en un par de pruebas propuestas por diferentes portales de internet, y elegidos posteriormente por sorteo, conseguirían el título de rey/reina y un tesoro a la altura: una Xbox 360 Elite de oro (cada cual independiente a su vez) junto con un servicio Live infinito, nosecuantos miles de puntos para gastar en su tienda y conocer la fabrica de sueños de Rare (la nueva, no la buena).

Sin embargo, la campaña de Nintendo no era por sorteo, era pura suerte. En su caso solo era por reclamación del premio aportando el ticket que podía contener esta edición especial. Pero a pesar de todo lo que ha llovido en estos 12 años, todavía NADIE ha reclamado ninguna de esas consolas originales que la gran N tenía reservadas para sus campeones.

Teniendo en cuenta el auge de los coleccionistas en la última década que conservan los artículos en óptimas condiciones y esto incluye ni siquiera abrir la caja, el aumento de las ventas por intenet y la difusión del producto a cualquier lugar del mundo o el posible error humano de tirar las cajas por ser un bulto inservible, dichos tesoros están prácticamente perdidos.

Solo queda esperar a que alguna de esas cajas, todavía sin abrir, haya sido la afortunada de sobrevivir al exterminio y algún incauto abra el cofre e investigue un poco.
Solo el futuro nos lo dirá.

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